El pasado martes asistimos a la jornada sobre «Normativas, buenas prácticas y seguimiento», organizada por CEOE y EdeNE (Escuela de Negociación Empresarial). Para nosotros, como AER, era la primera vez en un evento de este tipo, aunque también lo seguimos con interés desde Excelem.
Fuimos con los deberes hechos: llevábamos nuestro diploma de Tutor de Empresas, conseguido tras una formación en CROEM en noviembre. La jornada nos dejó muchas ideas interesantes y tomamos nota, literalmente, con páginas de apuntes. Incluso nos animamos a participar con algunas preguntas made in Rober. Además, conocimos la Guía Bertelsmann de FP, un documento recomendable aunque con margen de mejora en cuanto a concreción.
Reflexiones tras el evento
El evento fue enriquecedor, pero nos dejó algunas conclusiones que consideramos clave para el futuro de la Formación Profesional y su relación con las empresas:
1. Guías y buenas prácticas, pero falta aterrizarlas en cada sector
Existen muchas iniciativas y documentos que recopilan normativas y buenas prácticas, pero no siempre se traducen en soluciones aplicables a cada familia profesional. Las necesidades de un técnico en mecatrónica no son las mismas que las de un administrativo, y la teoría debe convertirse en práctica de forma personalizada.
2. Automatización y robótica industrial: la gran olvidada
A pesar del crecimiento exponencial en la demanda de profesionales en este ámbito, sigue siendo una disciplina poco presente en la planificación de la FP. Como muestra, incluso en la guía de FP para empresas hay errores en la terminología (como «automediación», un desliz que nos sacó una sonrisa).
3. Alemania como referente… mal contextualizado
Siempre miramos a Alemania como modelo de Formación Profesional, pero con diferencias estructurales clave. Allí, el estudiante es trabajador de la empresa desde el inicio, y su estancia en el instituto es solo para certificar su formación. En España, es al revés: el estudiante es un número dentro del sistema educativo y se busca que las empresas les acojan de manera temporal.
4. Las pymes y la formación: una ecuación difícil
Para una pyme, implicar a dos personas en la formación de un estudiante (un tutor de empresa y un técnico especialista) es, en muchos casos, inviable. En España, el 99,8% de las empresas son pymes, y un 93,5% son micropymes con menos de 10 empleados. Incorporar a un estudiante en prácticas supone una inversión de tiempo, recursos y esfuerzo que no siempre tiene garantía de continuidad.
Conclusión: Buen camino, pero queda mucho por hacer
El evento nos dejó claro que se han dado pasos importantes, pero queda mucho por recorrer para asegurar el éxito de la FP Dual y su encaje con las necesidades empresariales. Hay que mejorar la aplicabilidad de las guías, impulsar especialidades clave como la automatización industrial y facilitar el acceso de las pymes a la formación sin que suponga un lastre.
La pregunta es: ¿Cómo podemos hacer que esta formación sea realmente efectiva para estudiantes y empresas? El debate está abierto.